Borges:
El arrabal sin fin lo rememora
en los cuchillos, en la voz del tango
y en la esquina fatal en donde moran
el rosado almacén, la luna, el fango.
Las calles y los cielos son distintos
sin su voz describiendo los ocasos
y la ciudad de oscuros laberintos
se desgarra en millones de fracasos.
¿Qué frase hilvanaría si hoy nos viera
jugando a la ruleta con la suerte,
venciendo, cada día, a esa gran fiera:
la enigmática Esfinge de la muerte?
Tal vez el tiempo, esa ilusión que avanza
en sus innumerables simetrías
nos devuelva de nuevo la esperanza
y el amoroso abrazo de los días.
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